Que significa vivir en el camino estrecho?

Este ultimo mes ha sido definitivamente un mes determinante de mi caminar con Dios, un mes de experiencias intensas, pruebas y de total estiramiento de mi mente, un tiempo de pasar horas y horas cada dia sumergida solo en El, de realineamiento y sincronización a lo que Dios demanda de mi y como voy a entrar en este proximo nivel del que Dios ha venido hablando las pasadas semanas y que les he comunicado para que se preparen tambien para esta nueva temporada.

y uno de los versos claves que he experimentando durante estas ultimas semanas es este:

Dos puertas y dos sendas Mateo 7: 13-14
13Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Pero que significa estar dedicadas a vivir en el camino estrecho?

Les comparto 3 puntos claves:

1. La agenda de Dios importa demasiado para preocuparse por cosas temporales.

No se nos promete mañana, por lo que no podemos vivir nuestras vidas centradas en temas secundarios. Vivir de manera estrecha no significa tener la mente estrecha, pero sí significa que vivimos enfocados en Jesús, no en nosotros mismos y vivir enfocados en Jesus significa tenerlo todo y hasta mas de lo que nos podemos imaginar. En esta semana en mi grupo de mujeres, que le llamamos aqui en nuestra iglesia «Small Group» compartia con ellas como Dios es capaz de transformar nuestra mentes al aprender a disfrutar la vida sin las ataduras o la presión en la que viven muchos que se angustian y se afanan hasta tal punto que se desviven por hacer lo que sea con tal de conseguir toda clase de cosas temporales y materiales incluso sacrificar familias robando el tiempo de construccion de fundamentos claves dentro de las mismas, hijos sin guias y orientacion, sin invertir todo el tiempo necesario que los hijos necesitan para formar su identidad y valores, eso es terrible hoy en dia.

2. Dios nunca nos ordena que vivamos nuestras vidas para ser entendidos.

Es difícil vivir audazmente, valientemente para Jesús y mezclarse con el resto del mundo. A veces, eso significa que probablemente sentiremos que nos estamos perdiendo, y otras veces, sentiremos que nos están destacando. De cualquier manera, no podemos perder de vista que Jesús fue malentendido, por lo que si vivimos nuestras vidas de tal manera que lo sigamos, es probable que también seamos mal entendidos, criticados y humillados.

3. Vivir rendidas a El nos mantiene corriendo hacia Su fuerza, en lugar de la nuestra, para cumplir sus asignaciones.

Las asignaciones dadas por Dios requieren de Dios mucho más de lo que nos requieren a nosotros. Es muy fácil caer en la trampa de vivir y trabajar con nuestras propias fuerzas, lo que siempre nos hará sentir abrumados. Su llamado siempre será más grande que nosotros: nuestro consuelo, nuestra reputación, nuestros planes, etc. Por lo tanto, debemos mirar a Él más que a nosotras mismas.